No pasa nada

Durante este mes de Julio, en concreto el día 16, se ha conmemorado el triunfo de los reinos cristianos contra el califato musulmán. “Sólo” hace 800 años de este hecho histórico, conocido como la Batalla de las Navas de Tolosa. Este triunfo de debió, sin duda, a la unión de tres reyes, Alfonso VIII de Castilla, Sancho VII de Navarra y Pedro II de Aragón, a los cuales se unieron voluntarios de León y Portugal.

Evidentemente, esta batalla es un hecho transcendental en la historia de España, donde se demuestra que para sobrevivir a las mayores adversidades hay que unirse y presentar un frente unido al enemigo sea musulmán, como entonces, o económico, como ahora en la crisis.

Nuestros ancestros nos enseñaron el camino para solventar y enfrentarse a cualquier dificultad. El momento actual que vivimos, sería adecuado para que los políticos españoles, que “se supone que nos representan”, tomaran ejemplo y se unieran para intentar solventar los distintos problemas económicos y sociales que, a los ciudadanos de nuestra “sufrida piel de toro”, atacan por todos lados. Esto sería lo lógico y racional, pensar que primero vamos a remediar los problemas económicos de nuestra nación y, una vez logrado esto, volveremos a nuestras rencillas políticas de partidos, autonomías o lo que quede, después de superar la crisis.

Pero no, la realidad es muy distinta:

Nuestros políticos, sobretodo la oposición y los sindicatos que callaron ante 5 millones de parados, se empeñan en atacar al Ejecutivo ante cualquier decisión, acertada o no, que se tome, soliviantando a la ciudadanía con el recuerdo de tiempos pasados, donde el dinero se pedía a Europa y todos “pillaban”.

Ante esta situación tan grave que nos ha tocado vivir cada vez se oyen más voces de ciudadanos que expresan su “repugnancia” por casi todos los políticos que nos ha tocado sufrir. Unos corruptos y trincones, y otros que no saben (o no quieren) explicar la realidad de la situación económica y menos desean limitar el gasto enloquecido de sus sueldos y el despilfarro que suponen las diversas autonomías.

En fin, mientras tanto, el sufrido ciudadano, pues eso, a sufrir y aguantar, que como hemos ganado en el fútbol, no pasa nada.