Hasta el próximo viernes 16, la OTAN realiza su ejercicio
anual de gestión de crisis CMX. Este ejercicio está diseñado para practicar los
procedimientos de gestión de crisis de la Alianza Atlántica
en los niveles de política estratégica, con la participación de oficinas
civiles y estados mayores militares de las capitales aliadas, del cuartel
general de la OTAN
y de sus dos mandos militares estratégicos.
Se trata de la 18ª edición de la serie CMX, que
se viene realizando desde 1992, y como en años anteriores se trata de un
ejercicio interno de puestos de mando, en cuya ejecución no se despliegan
fuerzas reales. Como es norma en este tipo de ejercicios, su escenario
geopolítico y los acontecimientos que lo animan son enteramente ficticios,
aunque están basados en elementos plausibles de la realidad actual.
Este
año, de forma simultánea al CMX, se está llevando a cabo el ejercicio
denominado ‘Cyber Coalition-12’,
que tiene por objeto poner a prueba las técnicas y las capacidades de la Alianza para su defensa
operativa cibernética.
Ambos
ejercicios, el CMX-12 y el ‘Cyber Coalition-12’, comparten el mismo escenario ficticio, que
reproduce una amenaza de escalada a partir de ataques químicos, biológicos y
radiológicos, incluyendo agresiones cibernéticas a gran escala que
supuestamente afectarán a la OTAN
y a infraestructuras nacionales críticas. Afrontar este escenario requiere la
dirección política Aliada, teniendo en cuenta el asesoramiento de las
autoridades militares de la OTAN
y de los cuerpos técnicos de defensa cibernética, sobre las posibles medidas
para desenvolverse ante amenazas asimétricas.
Se
llevará a cabo conjuntamente el CMX-12 el Secretariado Internacional de la OTAN, el Estado Mayor
Internacional de la organización y sus dos Mandos Estratégicos: el Mando Aliado
de Operaciones, con sede en el SHAPE (Bélgica) y el Mando Aliado de
Transformación, con sede en Norfolk (EEUU).
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